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Heces - Dinero - Niños y LiteraturaNúmero 4

Encuentro en “Hora Libre”. La Lúnula conversa con Adolfo Barrera

Por 18/04/2017 mayo 1st, 2020 No Comments

La Lúnula conversa con Adolfo Barrera, periodista y librero. Desde su librería “Hora Libre” realiza un taller de animación a la lectura destinados a niños. Nos cuenta del gusto de los pequeños lectores por los cuentos escatológicos, y del efecto lúdico y de múltiples emociones que despierta la propuesta del “Cuento con caca” de su amigo Luis Pescetti. Cuento/canción/poesía que concluye: “haciendo caca con palabritas”.  Conversamos también de los jóvenes y su interés por la lectura.  Al final se encontrarán con una lista de interesantes sugerencias de música y literatura.

Meeting in “Hora Libre”
La Lúnula talks to Adolfo Barrera, journalist and bookseller. From his bookshop “Hora Libre” he realizes a workshop of reading animation destined to children. He tells us about the taste of the small readers for the eschatological stories, and the playful effect and the multiple emotions that wakes up the offer of the “Tale with shit” by his friend Luis Pescetti. Tale / song / poetry that concludes: “pooping with words”. We also talked about the young people and their interest in reading. At the end you will find a list of interesting suggestions of music and literature.

Adolfo Barrera: Encontro em “Hora Libre”
La lúnula conversa com Adolfo Barrera, jornalista e livreiro. Desde sua livraria “Hora libre” realiza uma oficina de animação à leitura destinada para crianças. Ele fala do gosto dos pequenos leitores pelos contos escatológicos, e do efeito lúdico de múltiplas emoções que suscita a proposta do “Conto com popô”, de seu amigo Luis Pescetti. Conto/canção/poesia que conclui: “fazendo popô com palavrinhas”. Conversamos também sobre os jovens e seu interesse pela leitura. No final encontrarão uma lista de interessantes sugestões de música e literatura.

La Lúnula: A la ciudad de Alta Gracia fuimos a buscar a Adolfo Barrera, periodista y librero. Desde su librería “Hora Libre” en las tardes, a la hora de la merienda realiza un taller de animación a la lectura destinados a niños entre 6 y 9 años. Conversamos con él en torno al gusto de los pequeños lectores por los cuentos escatológicos, le contamos de nuestra Lúnula y de su portada con la obra de Juanito Laguna va a la ciudad. Momento de Berni, donde comienza a realizar sus collage con chapas, maderas, restos, desechos, los detritos metropolitanos que va encontrando en los suburbios de Buenos Aires, con la llegada de los migrantes del interior a la gran ciudad.

Adolfo: Me acorde de una canción de una cantautora cubana Teresita Fernández que se llama, Los feos y uno de los versos dice: basurero basurero/que nadie quiere mirar/ pero si sale la luna /tus latas van a brillar. El estribillo dice: a las cosas que son feas/ ponles un poco de amor /y veras que la tristeza/ va cambiando de color.

L.L .Nos ha interesado subir a ésta edición un video de un cuento de tu amigo Luis Pescetti, Cuento con caca, donde está registrado en el audio, la demanda de los chicos a que él cuente ese cuento y no otro. La insistencia a que él les cuente ese que contiene la palabra: caca y como eso los divierte. Y nos ha interesado como él va trabajando ese significante caca, lo va introduciendo y al igual que él dinero ese significante va refiriéndose a cualquier cosa.

A.: Sí, no necesariamente dándole un sentido lógico al contenido de la palabra. Es completamente lúdico y como termina diciendo el cuento: “haciendo caca con palabritas” y ese sería el sentido del cuento.

L.L. Pareciera que el sentido es que él capta la satisfacción del juego en el sin-sentido.

A. He empleado ese cuento en el taller y funciona hasta el paroxismo. Es ponerlo y escucharlo tres o cuatro veces y repetirlo una y otra vez. Los chicos se ríen a carcajadas y cuando un integrante del taller falta o es nuevo hay que volver a escucharlo. Es decir los otros se lo convidan. Aun sabiéndose las rimas y los chistes me parece que lo que ese cuento les propone es una posibilidad liberadora y de mucho disfrute. A la vez apropiarse de palabras que les interesa demasiado poder decir. Como si esas palabras estuvieran esperando ser habilitadas para poder decirlas y a partir de ahí construir un mundo como el de los grandes. Palabras que están reducidas al mundo de los adultos que ellos escuchan que los padres las dicen. A mi taller vienen los chicos cuando salen de la escuela y en el taller que se llama “Jugar con palabras” inventan chistes cuyo final es caca, pis, pedo, culo, pito etc. Y el más osado, el más líder es el que más malas palabras dice y hace más gracia, encuentra ese recurso para transgredir desde ese juego con las malas palabras. Conocerse con las palabras, crecer y preguntarse.

L. L. ¿A vos ya te aburre “Cuento con caca”?

A. No, yo disfruto y me río con los chicos, lo escuche primero con mi hija. Luego como ochocientas veces. Luis además tiene una canción que es Juanito tira pedos, que también los chicos piden mucho y otra El moco. La obra de Luis es tan amplia como apasionante, como ustedes sabrán, no sólo escribe sobre eso.

L.L: En Juanito tirapedos aborda de un modo astuto el tema del miedo. Además él cuenta con el recurso de provocar a los chicos, “ese público de porquería” y si alguien lo interrumpe les dice “ustedes son el futuro de la humanidad pero no hoy , mañana… etc”. es muy divertido . Humor que interpela a los adultos, como un modo de ganarle terreno al imperativo superyoico que en la época impone, a los niños, como objetos de lujo pero paradojalmente como objetos de desecho.

A.: La educación formal, institucionalizada, reprime hablar de estos temas, yo no y me sigo considerando educador porque tampoco admito que estén diciendo todo el tiempo malas palabras, les digo bueno… utilicemos otras palabras. Porque de ese modo el juego se convierte en violencia, y se modifica el eje de las carcajadas o el placer y se comienzan a pelear por ejemplo, o la cosa se complica y notas algo agresivo o te empiezan a gozar… arruinar ese espacio del taller.

L.L.: La presencia de lo que se desregula, del exceso!!!
A. : Sí, pero a eso se puede llegar con cualquier palabra, no solo con las llamadas “malas palabras” o lo que es peor sin ninguna palabra, a veces hay gente que no puede decir ninguna palabra y resuelve todo con un bollo y va y le pega al otro.

L.L.: Los niños de hoy, en ¿qué cambiaron en relación a los del comienzo de tu taller hace ya 15 años?

A.: Cuando comencé con el taller no había ni celulares, ni tablets, ni video juegos, sólo la televisión. Hoy veo la dificultad en el registro para escuchar y ser escuchados. También la demanda de ser escuchados y de salir al patio a jugar. Porque no juegan entre ellos. Tienen mucho tiempo para jugar pero juegan solos en su casa con las maquinitas. Y cuando los padres los llevan a la casa de un amiguito, me cuentan que juegan también con las maquinitas. En el taller encuentran un espacio donde juegan entre ellos. Lo único que tengo tecnológico es un equipo de sonido, un micrófono y una computadora solo para ver cortos animados. El micrófono es buenísimo porque al que habla le da un realce, un relieve. Lo usamos todos. En particular, lo uso sobre todo para leer cuentos, entonces puedo crear climas, sutilezas, puedo susurrar y que me escuchen o gritar la furia de un león y suena en los parlantes. O podemos cantar. También escuchamos mucha música. Todavía no he incorporando los celulares que podrían integrarse a juegos porque no, pero aún no quiero.

L.L.: ¿Por qué un taller de animación a la lectura?
Cuando estaba en la Facultad empecé a hacer un taller de periodismos para niños. Luego en la crisis del 2001, para subsistir comencé a dar talleres de animación a la lectura porque me pregunte: ¿cómo va a sobrevivir una librería sin lectores? Después me enteré que había toda una corriente desarrollada en torno a la animación a la lectura, a la Literatura Infanto-juvenil, que estaba el CEDILIJ , claro no había inventado la rueda. En el diario del domingo, salió una nota de Javier Mattio sobre el libro-álbum, donde él dice que actualmente se están vendiendo más libros para niños que para adultos. El auge del libro-álbum, es maravilloso, no sólo porque allí el libro tiene pretensión de objeto muy bello sino porque su rasgo fundamental es que la ilustración tiene incidencia en el relato, no es un mero agregado sino que también está comunicando algo, ya sea literalmente, entrelíneas, con poesía, contrastando o cuando no, constituye el relato mismo. En el Plan Nacional de Lectura coordinado por Daniel Filmus se empezó a trabajar con los docentes y se enviaron una buena cantidad de libros a las escuelas, muy bien seleccionados de excelente calidad.

L.L: ¿Y los jóvenes leen?

A :Ni que hablar de los libros para adolescentes que se han ganado un espacio tan grande, en la librería casi más que los libros de autoayuda.

L.L.: Sí los libros de autoayuda que sobre todo ayudan al autor, como dice Leo Masliah

A.: Y a los libreros (risas…) Volviendo a los jóvenes el año pasado sostuvieron las ventas de las editoriales y de las librerías. En el 2016 fue un boom con lo que esa palabra implica

L.L: ¿De maridaje entre el mercado y algunos gustos literarios , cierto?

A.: Sí, por supuesto

L.L. : ¿Qué leen los jóvenes? , nos interesa dilucidar en estos contextos donde circulan los intereses de los jóvenes, por nuestro próximo Seminario Internacional del CIEC: “Jóvenes 2017, Inhibiciones, síntomas y angustia”

A. : Lo que pasó y es lo que está pasando, es que hay una sociedad entre el libro y el cine, el libro y las series, que fue un fenómeno ventajoso en ubicar al libro como objeto de consumo.

L.L. : ¿El boom Harry Potter?

A. :Sí, cuando se terminó Harry Potter las editoriales se preguntaron ¿qué le damos de leer a estos chicos? y comenzaron las sagas con los héroes juveniles. Casi todas parecidas como el mismo sistema comercial lo impone. Si algo funcionó vamos a hacer algo parecido. Los Juegos del Hambre por ejemplo. Adolescentes en peligro que tienen que desafiar a todo un sistema y vencen atravesando dificultades mortales. Una sociedad futura, unívoca donde ha triunfado una especie de Trump muy perverso, que con el pretexto de “no queremos más guerra y queremos la paz”, a todo aquel que genera conflicto hay que matarlo. Cada tanto para recordar esto matan a cualquiera en una especie de reality show.

L.L.: O sea hay una lectura del mercado a partir de estos rasgos identificatorios para que sigan siendo consumidores. El capitalismo tiene una avidez por buscar lo que es más susceptible para el consumo.

A. : Buscar, no sé si son tan pillos, simplemente copian lo que ha funcionado. Se la juegan e invierten mucha publicidad.

L.L. : ¿Los jóvenes te preguntan, te consultan o van sabiendo ya que buscan?
Casi todos ya van sabiendo y a partir de allí yo inició un diálogo que me divierte y trato todo el tiempo de hacer ingresar a su mundo otros escritores, un Pablo de Santis, una Laura Escudero, un Luis Pescetti. Que la lectura tenga otro tejido sin dejar de ser cotidiana, con entrelineas y emociones genuinas. Considero que están leyendo mucha mierda sobre todo esas sagas, no me refiero a las de aventuras sino a esas de emociones baratas, y sensibleras de golpes bajos con cierto morbo en relación a la muerte, en una edad en donde la muerte les empieza a preocupar y comienzan a tener una conciencia de eso. Les dan a leer a los chicos historias muy berretas de personas con enfermedades terminales. También hay una línea del adolescente transgresor sobreviviendo en la escuela o de romances . Lo que me llamo la atención y se está vendiendo bien es un libro de un romance entre dos varones que se llama El chico de las estrellas y que lo compran especialmente chicas. O sea muchos libros que se parecen y se alojan en esas tres columnas: aventuras futuristas, golpes bajos y romances.

La saga de Crepúsculo en cambio, juega con el universo gótico, con el hecho de la inseguridad de ser distinto, vampiro, ser lobo. En cambio, con los zombis, los muertos vivos soy mucho más respetuoso, son los caídos del sistema, son los objetos desechos, los residuos de esta sociedad, es esa mi interpretación. Los muertos vivos retornan a buscar lo que es de ellos , hay un episodio que es genial porque la gente queda encerrada en un shopping rodeada de los muertos vivos. Saga realizada por un cineasta residual que hacía películas de Serie B que es George A. Romero, y sin embargo fue pionero para otros grandes.

Después están por suerte los amantes de los comics y de los manga japonés con su propios clanes donde aparece el héroe y los erotismos, esos lectores no me necesitan a mí.

A continuación les paso un listado de sugerencias, además de los textos de Luis Pescetti.

Sopa de estrellas: la historia de Blas un niño cartonero y su perro Roco. De Mercedes Pérez Sabbi con ilustraciones de Luciana Fernández, collage con objetos de desecho. Colección: Los caminadores. Editorial Sudamericana
Nutritivo y repulsivo: libro de cocina que reúne una serie de recetas tan desopilantes como asquerosas para procurar que los niños coman sano. De Oceanía ediciones.

Nube de corazón: una verdadera anti-princesa repleta de humor y poesía, que al final del baile se tira un pedo de fresas.

De Cecilia Pisos con ilustraciones de Alberto Pez editada por La Brujita de Papel

Supersucio: el más asqueroso de los superhéroes. De Fernando de Vedia con ilustraciones de Fernando Falcone. Editorial Atlántida.

El oso RubenRa (canción) el oso superhéroe que con su arma mortal tira cuetes sin parar a todos los banqueros que tu dinero quieren acorralar. Tema de Rubén Rada del disco Rubén- Ra. Discográfica Zapatitos disco

L.L.: Muchas gracias, Adolfo.

 

Luis Pescetti

Luis Pescetti

(San Jorge, 15 de enero de 1958) es escritor, músico y cantante argentino. Ha publicado obras para niños y adultos Recibió el premio Casa de las Américas, en 1997 por su novela El ciudadano de mis zapatos, el premio. En 2010, ganó el Grammy Latino al Mejor Álbum de música para niños y el Gran Premio ALIJA 2010 (IBBY Argentina) por su libro Cartas al rey de la cabina. En 2011 fue condecorado con el premio Konnex por sus trabajos en el ámbito de la literatura y música infantil y juvenil.


Adolfo Barrera

Adolfo Barrera

Periodista y librero. Vive en la ciudad de Alta Gracia ha organizado en esa ciudad varias ediciones de la Feria del Libro, coordina talleres de animación a la Lectura para niños desde su Librería Hora Libre y es el creador del ciclo “Encuentro de cantautores” que ya va por su onceavo año de edición.