Luis Tudanca traza un recorrido desde el modo en que el objeto anal entra en el circuito pulsional, hasta su despliegue en la dimensión del lazo social. En la obsesión entra en juego un andamiaje defensivo que se construye a partir de la angustia que produce no sólo el deseo del Otro, sino el goce supuesto del Otro. Así, la problemática anal se revelará tanto en la lógica de la vida amorosa como en el discurso, ubicándose el modo en el que el sujeto se hace hacer. A partir de un análisis, esto puede circunscribirse en cuanto al axioma del fantasma que el sujeto se construye en su relación al Otro del lazo social.
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