La autora ubica que, para Lacan, el falo posibilita la mascarada de los sexos sin idealizar la diferencia, mientras que el goce deslocalizado que promueve el capitalismo los deja del lado de las parodias al mismo tiempo que los empuja a gozar, haciendo pedazos los cuerpos. Sitúa aquí una diferencia entre el no-todo de la posición femenina y el goce estallado, sin límites, que sólo parodia al goce Otro que escapa al lenguaje y a la localización del significante. A partir de la diferencia entre La Mujer y “una mujer”, este trabajo plantea una hipótesis para el “nuevo impacto de las mujeres en la civilización”.
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