Agradeciendo la invitación a escribir en la Lúnula Virtual, al invitar a miradas entusiasmadas, interesadas, no-doctas, trato de pensar el tema sugerido en esta época donde de la mirada se ha hecho un imperio, y del cuerpo un material a degradar, que en conjunción con la mirada se hace una llamada a gozar.
Lacan, en el Seminario 11, destaca el objeto mirada como un objeto inmanente de la pulsión escópica, porque precisamente ve allí la relación más engañosa del sujeto con el objeto a, de tal manera que el sujeto se desconoce más que nunca, del “que no sé qué objeto soy para el Otro”, imagen del sujeto que desaparece y se eclipsa de la visión.
En el seminario “De un Otro al otro” (1968-1969), Jacques Lacan escribe acerca de la dificultad de definir qué es una mirada. La mirada puede sostener una existencia o producir un efecto de estrago en la vida misma. La mirada diferenciándola del órgano de la visión –el ojo– está fuera, la mirada es eso que hace mancha y nos fuerza a mirar.
En el parlante – ser y por la acción de la palabra, existe una relación fundamental con el cuerpo propio; a partir de la función del corte que instituye al objeto a separado del cuerpo, deviene por esta operación de separación un cuerpo fragmentado, este objeto –producto de la separación constitutiva del sujeto– se instituye como resto separado, perdido.
Mirada y cuerpo, lo más extraño al sujeto pero a la vez muy familiar. En ambos está implicado el goce, cómo pensar esta época donde en lugar de cuidar el cuerpo, adoptarlo, éste es atravesado por los piercing, tatuado, cortado en los cutting, donde el cuerpo es entregado al bisturí estético compulsivamente, injertado, inflado, en fin, mal usado, para sentirse a su vez mirados por el espectáculo del cuerpo que atrapa la mirada del Otro a través de la pantalla del reality show.
Es en el arte donde quiero detenerme, ya que como decía Freud se pueden interpretar los fenómenos de una época en las producciones de su arte.
El a producto de un cuerpo fragmentado
Es en el VI Congreso de la AMP, donde Jacques-Alain Miller, habla sobre la lógica encarnada de los objetos a, cuya lista está hecha de los tres objetos freudianos: oral, anal y el fálico, y los dos objetos lacanianos: la mirada y la voz; Lacan los llama naturales porque entiende que provienen de un cuerpo fragmentado, del cual ellos son restos. ¿Qué quiere decir con esto? que el objeto a no aparece como el producto de una estructura articulada sino como lo informalizable de un cuerpo fragmentado, esta forma detallada del objeto a es un pedazo del cuerpo, es una parte separada del cuerpo que enraíza el goce del sujeto.
Me pregunto, en estas expresiones del Body-Art, donde el cuerpo del artista es tomado como lienzo, ¿se trata de la libra de carne? Es el artista, en el uno por uno, quien intentará darle un uso singular a su expresión artística, ya sea como extracción o no, ya sea su obra como algo del orden de una suplencia.
Es en la clínica donde escuchamos a cada uno de los pacientes convocar una y otra vez a la comida, para nombrar uno, el oral, por ejemplo: en los atracones ante la soledad, o previo a dar un examen, o cuando algo del deseo se aproxima, entonces, como una vía de achatarlo, el sujeto llena ese vacío con dulce de leche hasta vomitar, o pasa de los salado a lo dulce sin parar.
Hablar de los objetos a en la experiencia analítica es intentar dar cuenta de la presencia del cuerpo en el discurso del analizante. No citaré casos clínicos en este espacio sino que trataré de tomar el producto de algunos artistas de distintas épocas, algunos contemporáneos; ese producto –el cuerpo–, es usado cuando faltan las palabras, como mensaje de denuncia, de agresión, y de hacerse mirada ante el mundo; ese producto toma la forma del propio cuerpo del artista, es el artista el que lo hace dar a ver.
El cuerpo como expresión artística en el Body Art (Arte Corporal)
Podemos ubicar este movimiento a partir de los años 60, el Body Art o Arte Corporal,se caracteriza por tomar el cuerpo del propio artista, quien lo utiliza como un lienzo, en la mejor de las veces; en otras ocasiones, lo pinta, lo trasviste, lo desnuda, lo lastima, lo cubre de miel o de aceite de pescado, apila cuerpos desnudos unos sobre otros, les realiza tatuajes, llegando a causar horror a la mirada.
Zhang Huan fue unos de los primeros artistas chinos que utilizó la performance como medio de expresión artística. Realiza acciones como la mutilación del cuerpo mediante una herida sangrante; es su propio cuerpo usado como materia prima, exponiéndolo a condiciones físicas extremas con el fin de explorar la relación entre el cuerpo exhibido y las agresiones físicas a las que es sometido.
Zhang Huan adhirió al Body Art, y así su cuerpo se convierte en vehículo de exploración de temas contemporáneos como la soledad, la fragilidad, la intolerancia, el hacinamiento, que en formas de experimentación plástica son llamadas por el mismo Huan: “body experiment-experimentos del cuerpo”. Es un cuerpo que goza haciéndose mirada gozosa.
Otra artista que empieza su actividad en los años 70, es Gina Pane (1939-1999) quien utiliza su propio cuerpo como recurso artístico y como canal de comunicación; también, como Zhang Huan se la asocia al Body Art.
Gina Pane expone su cuerpo a duras pruebas, asciende por una escalera metálica cuyos escalones están llenos de dientes de acero; al apoyar sus manos y plantas de los pies estos sangran, y por supuesto hay dolor y sangre que fluye. Cito a Gina Pane: “Denominé ‘Escalera sin anestesia’ para protestar contra un mundo en el que está todo anestesiado”; su obra es su cuerpo sangrando, dolorido, hace mirar su cuerpo en un lenguaje casi metafórico para decir acerca de su postura política contra la guerra del Vietnam y el conflicto Árabe–Israelí. En todos sus performances aparecen la vida y la muerte puestas en tensión y tratando de encontrar un sentido a la existencia, denotando así su desinterés por conceptos como la perfección o la belleza corporal. Se hace un cuerpo que atraviesa el velo de la belleza y muestra el horror-sangre, en los conflictos bélicos.
Un artista contemporáneo cuya obra estuvo sugerida en el último Congreso de la AMP, como actividad cultural, es Lucien Freud, con su muestra su Atelier. Tuve la oportunidad de visitar esta muestra en el Centro Georges Pompidou. Lucian Freud (1922- ) nieto de Sigmund Freud, vive en Londres, luego que su familia escapara de Alemania en la persecución nazi. (1938).
Este artista transmite en sus magníficos retratos su pasión por la anatomía y una irresistible atracción por la voluptuosidad. Al entrar en contacto con su obra, se destacan los pliegues de la carne, sus desnudos sobrecogedores, un cuerpo abatido por los años como no dándole importancia al paso del tiempo; recién a sus 70 se autorretrata desnudo, llevando como única prenda unas botas para no clavarse las astillas en su atelier, y como él mismo dice: “la manera en que las obras afectan al espectador tiene que ver más con su propia mirada que con la del pintor”. Para hacer sus autorretratos, que nunca llamó como tales, sino “Reflexión”, dijo que tuvo que ensayar en pintarse como siendo Otro cualquiera, un doble. Lo que llama la atención de este pintor es su trazo, ágil, agresivo, firme, donde la paradoja se desprende de sus cuerpos desnudos. Ha sido criticado por haber utilizado a sus propias hijas como modelos, se habla de una intimidad que se expone; por ejemplo, un cuerpo abierto de piernas resulta una búsqueda de una verdad enigmática en los pliegues de la carne.
Ron Mueck, escultor de origen australiano produce cuerpos de gran realismo que siempre están en mayor o menor escala que la del espectador. En 1998 produce una escultura de una niña que nos mira anonadada a más de dos metros de altura del suelo, sus obras son de un gran realismo naturalista; el óleo y la resina sintética se encarnan en la piel y la carne de los cuerpos de las esculturas. Son hombres y mujeres, niños y ancianos, que nos transmiten su perplejidad, el ensimismamiento, posición que reina en esta época, produciendo un contraste entre lo que vemos y nos mira.
Orlan, es la primera artista francesa en utilizar la cirugía plástica para hacer su propio autorretrato. En 1993, una de sus performances, “Omnipresente”, en Nueva York fue transmitida por televisión vía satélite para todo el mundo, la operación de su propio cuerpo es manipulado a su antojo, su carne abierta deviene un espectáculo, mientras el cirujano introduce un bisturí, ella vestida de gala con vestidos de modistos de alta costura, sonríe a las cámaras y contesta preguntas al público, su cuestionamiento al cuerpo da cuenta de la fragmentación de éste, partes intercambiables, de ninguna manera adopta su cuerpo, un cuerpo al que le borra diferencias, que se disocia. Orlan se ha sometido a siete operaciones para cambiar su apariencia física, se ha injertado en la frente dos cuernos que pinta de color plateado y es propulsora del Carnal Art. Orlan es su obra, exhibe el cuerpo no como Uno, sino como un objeto, nos preguntamos cuál es el límite de esta modalidad de atrapa mira
En este mundo de consumos variados y en exceso, en una época en que el sujeto está dividido contra sí mismo, ¿qué mensaje expresan estas formas artísticas que toman al cuerpo, estas performances corporales que producen una mirada-espanto? No traducen la vulnerabilidad en que se encuentra el sujeto hoy, en esta época del consumo sin límites, de un impulso maníaco imparable; nos advierten de un real en crisis y difícil de domeñar. Es nuestra formación la que nos depara una posible interpretación del malestar del siglo XXI.
Bibliografía
– Lacan, Jacques. Libro 11, “Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis”. 1964. Ediciones Paidós. 1987.
– Lacan, Jacques. “De Otro al otro”. Libro 16. Ediciones Paidós. 2008.
– Miller, Jacques-Alain. “Los objetos a en la experiencia analítica”. Conferencia pronunciada en Roma en ocasión del Congreso de la AMP. 2006.
– Freud, Lucian. « Beaux Arts, Hors- série ». Au Centre Pompidou. 2010.