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La lata de sardinasNúmero 1

El instante de la mirada

Por 23/11/2010 marzo 25th, 2020 No Comments

En 1945, Lacan en su artículo “Los tiempos lógicos…” 1Lacan, Jacques. El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada Un nuevo sofisma. En Escritos 1. Siglo XXI Editores., plantea la inclusión del tiempo en la lógica. El tiempo lógico no es objetivo, tampoco es simplemente un sentimiento subjetivo, se trata de una estructura dialéctica. Distingue una estructura en tres momentos: 1-el instante de la mirada; 2-el tiempo para comprender; 3-el momento de concluir. Lacan demuestra, por medio del sofisma de los tres prisioneros, que se trata de una lógica intersubjetiva encontrada entre el aguardar y el precipitarse, la lógica del tiempo intersubjetivo sobre la que se estructura la acción humana.

En el primer momento se expresa el sujeto impersonal. El segundo tiempo es el del sujeto indefinido recíproco, con relaciones esencialmente transitivas, “…puesto que el uno no se reconoce más que en el otro y no descubre el atributo que es suyo sino en la equivalencia del tiempo propio de los dos…” 2Lacan, Jacques. Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano. En Escritos 2. Siglo XXI Editores.

“El ‘yo’ sujeto del aserto conclusivo, se aísla por una pulsación de tiempo lógico respecto del otro, es respecto de la relación de reciprocidad. Este movimiento de génesis lógica del ‘yo’ por una decantación de su tiempo lógico propio es bastante paralelo a su nacimiento psicológico”. 3Ibídem.

Es lo que se le hace presente a un sujeto obsesivo quien en la consulta se queja de su “indecisión” y de su “falta de compromiso”, significantes con los que representa su sufrimiento, aparecido en una relación amorosa actual, en la que recibe –dice- los reclamos permanentes de su pareja.

Según sus propios dichos debiera tomar una decisión respecto de su pareja, sea la de quedarse al lado de ella o bien la de separarse, ya que su permanencia en esa relación, -de la forma en que la lleva adelante- le produce tal sufrimiento. Finalmente, la situación, que ya le ha sucedido con parejas anteriores, se resuelve por sí misma. Asimismo es el sufrimiento que trae a una sujeto histérica a la consulta, en la cual su saber hacer con el carácter de su pareja en algunas situaciones ya conocidas por ella, y en las que su partenaire “se enoja por tiempo indeterminado”, ha posibilitado esta vez un desenlace tan diferente como opuesto, ya que tal enojo se ha disuelto rápidamente; comenzando a preguntarse de inmediato si estará bien lo que ha hecho o será la respuesta incorrecta la que adoptó.

Es la falta de un acto en un caso, como el desconocimiento del mismo en el segundo, lo que abre a la prolongación indefinida del tiempo de comprender, difiriendo en la misma infinitud el momento de concluir. “La sumisión del sujeto al significante, que se produce en el circuito que va de s(A) a A para regresar de A a s(A), es propiamente un círculo en la medida en que el aserto que se instaura en él, a falta de cerrarse sobre nada sino su propia escansión, dicho de otra manera, a falta de un acto, en que encontrase su certidumbre, no remite sino a su propia anticipación en la composición del significante, en sí misma insignificante” 4Ibídem 1..

Ubica así Lacan, en el grafo del deseo, la constitución subjetiva entre la diacronía y la sincronía en el cruce de la línea de la intención subjetiva, con la línea de la cadena de los significantes, tomando la posibilidad el sujeto de “… elevar el signo a la función de significante, y a la realidad a la sofística de la significación…”

El acto suspendido -tal la queja del sujeto obsesivo, o desconocido en la sujeto histérica- manifiesta esa conclusión misma que no quieren ver, tomando consistencia de este modo las mociones suspendidas. Los dos cruzamientos producidos en el encuentro entre las líneas mencionadas, el primero connotado como O, el lugar del Otro, el lugar del tesoro del significante -un sitio, un lugar más que un espacio- en tanto el segundo cruce, connotado s(A), un momento de escansión.

A un lugar, el del Otro, se opone y se complementa con un momento, el del sujeto.

En el mismo gráfico del deseo Lacan propone cerrar el círculo de la significación a partir de la cadena superior, la del goce, que también se cruza con la de la intención subjetiva.

En el lado derecho, el del Otro, aparecerá la pulsión como forma de poner un límite en ese lugar, respondiendo del lado izquierdo el significante de una falta distinguido como el significante del Otro tachado S(/A).

Es a este nivel de esta temporalidad lógica que encontraremos una respuesta -en el sentido de enfrentar a este sujeto con lo que hace- con el goce que encuentra, en ese diferimiento del acto de concluir, a partir de la suspensión de las mociones del tiempo lógico.

La forma lógica de los tiempos del aserto subjetivo, el instante de ver, el tiempo para comprender y el momento de concluir, responden a una forma de objetivación que engendra en su movimiento, la referencia de un yo a la común medida del sujeto recíproco, o de los otros en cuanto tales, “en cuanto son otros los unos para los otros…” 5Ibíd. 2.

Es esta común medida que se encuentra en el tiempo para comprender. Es esta relación del yo a los otros, que debe ser temporalizada, para detener su desarrollo en la especialización infinita de la colectividad contenida en el mismo sofisma, para reducir el tiempo de comprender y precipitar en el momento de concluir.

En ambos casos, cada uno a su modo, subsumen los tiempos del aserto en la especialización de la relación al Otro, obteniendo de esta manera un recupero de goce.

Es llevándolo a la cadena superior, la del goce -si nos ubicamos en el grafo del deseo-, en su encuentro con un agujero en el lugar del Otro, que va a responder con un empuje a gozar, al que debe poner límite mediante la significantización de una parte de ese empuje para enrularlo en la cadena significante.

Sin embargo, con este procedimiento, así como en la constitución subjetiva, en la reciprocidad de las relaciones del yo con el semejante, queda desconocida una parte, constituyendo esto lo esencial de un conocimiento, también desconoce esa satisfacción que obtiene cuando se encuentra en la posición objetivada de trabajador al servicio del Otro.

Si la estrategia del sujeto se desenvuelve por entero -en el cuadrángulo ya mencionado que va de s(A) hacia A, regresando desde el lugar de A hacia s(A), sustentando su subjetividad en los tres tiempos lógicos- distanciando lo más posible el instante de ver con el momento de concluir, a expensas de la infinitización del tiempo para comprender; la estrategia del analista en la transferencia convendrá que se ubique en el campo de la topología, de modo de hacer inconsistir al Otro, y que el ser que habla alcance su relación con un compacto de goce, su verdadero partenaire; ya no mediante la escansión del tiempo en la relación del lugar del Otro con un momento de constitución subjetiva, sino mediante el poner en relación el tiempo con el espacio de distancia con el compacto y el movimiento, para demostrar de esta manera la imposibilidad de su recubrimiento, sino sólo parcialmente.

  • 1
    Lacan, Jacques. El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipada Un nuevo sofisma. En Escritos 1. Siglo XXI Editores.
  • 2
    Lacan, Jacques. Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano. En Escritos 2. Siglo XXI Editores.
  • 3
    Ibídem.
  • 4
    Ibídem 1.
  • 5
    Ibíd. 2