Hay mucha voz en este título. Por ello, creo que también podría haber sido, simplemente, “Consideraciones sobre la voz”. Sin embargo, la idea es situar el destino del superyó y del objeto voz, tan caros uno con el otro, al final de los avatares de un análisis.
La voz del destino es una expresión con la que se puede nombrar al superyó, reuniendo en un mismo sintagma algunos rasgos recortados por Freud y otros por Lacan. Por un lado, equivoca con la noción freudiana de que el superyó releva la función protectora y salvadora que inicialmente recaía sobre el padre y que luego, recae sobre el Destino, con lo que podemos hacer referencia a esas frases inequívocas que el sujeto debe cumplir, el destino que debe consumar.
Incluso, llega a decir que la mala fortuna promueve el poder de la conciencia moral dentro del superyó. La idea de destino no deja de enlazarse a la repetición, al modo del triste destino de Orfeo y su Eurídice doblemente, y por eso, para siempre perdida, perdida cuanto más intenta recuperarla.
La voz del destino equivoca también con la voz de la conciencia, y así arribamos al aporte fundamental de Lacan en lo que hace al tema del superyó: su relación con la voz. Dirá que el superyó en su imperativo es efectivamente la voz de la conciencia, “una voz en primer lugar, y bien vocal y sin más autoridad que la de ser la voz estentórea”1Lacan, J. “Observación sobre el informe de Daniel Lagache”. Escritos 2, Siglo veintiuno, Bs. As. 1987, p. 663.. También, nos dice que uno de los cuatro objetos de la pulsión es “el objeto sadomasoquista o superyó”2Lacan, J. El seminario libro 16, De un Otro al otro. Paidós. Bs. As. 2010.. Destino y voz, repetición y goce, mandato y objeto, S1 y a, son entonces los términos que esta expresión, la voz del destino, enlaza y quienes se ven directamente afectados por el análisis. Caída de los S1, separación del objeto, desprendimiento de la noción del destino como lo necesario ineludible y apertura a la contingencia de los buenos o malos encuentros de la vida. Saber hacer con el síntoma como modo de gozar, saber hacer algo con el goce que no sea modelarlo según el padecimiento fantasmático.
De ahí, el segundo término al que hace referencia el título del trabajo: la pregunta por el destino de la voz. La interrogación recae no solamente sobre el objeto del fantasma y el goce del síntoma, sino también sobre el superyó: qué pasa con el superyó cuando se termina un análisis. ¿Se elimina? ¿Puede hacerse “oídos sordos” a su imperativo? ¿Se inconsiste?
Un AE3Salamone, L. D., “Los que fracasan antes de triunfar”, testimonio presentado en las Jornadas de la EOL-Sección Córdoba, 21 de junio de 2008. sostenía que el psicoanálisis, al operar por medio de lo simbólico en lo real, desmantela los significantes amos, “sicarios del superyó” que comandan el goce. La caída de cada significante que nos gobierna es una batalla ganada al superyó. Y el resultado es un sujeto que renuncia a renunciar, ¿un sujeto sin superyó, o un sujeto post culpable?
La voz, como los otros objetos, rodea un vacío y resuena en el vacío del Otro. Será lo que ate al sujeto al Otro, pues espera de él la voz que le dice lo que le espera, lo que será de él y lo que ya es de su ser como indecible. Condensa la parte del ser que no tiene significación en el Otro. Así, otro AE4Naparstek; F., “Testimonio 1”. El pase. Una experiencia de Escuela, EOL, Grama, Bs. As., 2007, pp. 21-33., para quien el objeto voz tenía su pregnancia fantasmática bajo la forma de “ser el dije para el Otro” y que se reduce a “ser la voz del Otro”, concluye con que fue esperar la palabra mágica o salvadora del Otro, lo que lo sostuvo “dándole un poco más de voz al Otro”.
Entonces, es por la inconsistencia del Otro y la caída de los significantes amos la vía por la cual quizás se modifique la relación al superyó como un modo de gozar con el objeto voz. También implicará dejar de atribuir ese objeto al Otro, lo que resultará también en darle otro destino al objeto voz diferente al que se juega en el fantasma. Quizás, entonces, sea el goce del sínthoma quien pueda opacar al superyó. Una vía abierta para ser demostrada.
- 1Lacan, J. “Observación sobre el informe de Daniel Lagache”. Escritos 2, Siglo veintiuno, Bs. As. 1987, p. 663.
- 2Lacan, J. El seminario libro 16, De un Otro al otro. Paidós. Bs. As. 2010.
- 3Salamone, L. D., “Los que fracasan antes de triunfar”, testimonio presentado en las Jornadas de la EOL-Sección Córdoba, 21 de junio de 2008.
- 4Naparstek; F., “Testimonio 1”. El pase. Una experiencia de Escuela, EOL, Grama, Bs. As., 2007, pp. 21-33.