Entrevista a Eric Laurent
La Lúnula: Tal como Ud. lo ha manifestado más de una vez, las adicciones se revelan hoy como el modo privilegiado de tramitar la angustia. ¿Cómo se juega lo oral en este fenómeno de las adicciones?
Eric Laurent: En su Seminario 6, Lacan recuerda las tentativas de clasificar el objeto tóxico en las etapas del desarrollo. Glover lo situaba entre el objeto paranoide y el objeto neurótico. Fue el primero en notar que cualquier cosa podía funcionar como soporte de la adicción. En Glover hay un doble movimiento, en el mismo gesto en que quiere dar un lugar definitivo al tóxico, constata su ubiquidad. Está en todas partes, en cualquier objeto. Lo oral está interesado en lo tóxico, pero los otros circuitos pulsionales también pueden competir. Cualquiera sea el circuito, el Superyó grita su mandamiento «¡Goza!»
La Lúnula: El carácter primordial con el que se presenta lo oral en relación a las otras pulsiones, ¿le da acaso un lugar privilegiado en lo que al goce se refiere?
Eric Laurent: Se puede discutir lo «primordial» de lo oral. Los dos objetos añadidos por Lacan, el escópico y el vocal podrían calificarse por algo más «primordial». Lo esencial es librarse de la ilusión de lo arcaico. Es la contingencia estructural del encuentro con el goce lo que es determinante.
La Lúnula: Ud. ha hablado de la histeria rígida, ¿cómo escucha en su práctica la puesta en función de la pulsión oral en las nuevas histerias?
Eric Laurent: La relación entre el sujeto histérico y la fijación oral se nota en el psicoanálisis desde Dora. Es decir que siempre se articuló el doble aspecto del problema en la histeria: la no-satisfacción crucial del sujeto, el “menos de” está en primer plano. Pero al mismo tiempo hay la fijación a un circuito pulsional desde el inicio. La actualidad de las anorexias-bulimias para los sujetos histéricos permiten interrogar hasta qué punto el sujeto se ubica, confrontado a este goce, en un más allá del Nombre-del-padre. Hasta qué punto se sostiene el sujeto sin la soltura que da este apoyo.
La Lúnula: Cuando se revela el valor de semblante del objeto a, se puede vislumbrar un goce que no alcanzaba a hacerse reconocer. ¿Cómo explicaría el lugar de la pulsión respecto de la sustancia gozante en la experiencia analítica?
Eric Laurent: El circuito pulsional es, sin duda, un montaje particular que se articula al cuerpo del «parlêtre». Algo perturba la sustancia. Es en la repetición, el «mismo». Para lo Real de la repetición, lo importante es que sea la materia, lo material de la letra que se repite. «La noción de materia es fundamental en esto que fundamenta lo mismo». Se entiende la razón por la cual Lacan calificaba la histeria que presentaba Cixous al mismo tiempo de rígida y de «material». Presenta algo bajo la vertiente de lo mismo que se repite fuera del sentido, que no necesita el sentido. Por lo tanto, esta materia, esta materialidad de lo mismo de la repetición no es pura sustancia. La sustancia queda del lado de lo que no cambia.