Skip to main content
Este objeto displaciente en la economía del deseoNúmero 4

El analista-practicante, un campo que se forja a condición de no hacer(se) escoria del resto

Por 18/04/2017 mayo 1st, 2020 No Comments

En este artículo se pone de relieve lo siguiente: Lacan insta a la presencia del analista en la cura o, dicho de otro modo, a la no evaporación del practicante en la experiencia para que su praxis devenga analítica. La dirección sería no hacer(se) escoria del resto que se produce por estructura en el discurso. Para forjar el territorio de su acto, es preciso que el practicante aloje ese plus, esclareciendo las coordenadas que el lazo transferencial pone en acto. Dicha operación de lectura es un aspecto clave de la praxis capaz de fundar el campo practicante-analista.

“The ‘analyst-in-practice’: a field to be built provided he/she does not become the scrap of the rest”
In this article the following statement is pointed up: Lacan calls on the presence of the analyst in the cure or, in other words, the non-evaporation of the ‘analyst-in-practice’ during the experience of analysis so that his/her praxis becomes analytical. The direction would be not to become the scrap of the rest that is produced by structure in discourse. In order to build the territory of its act, it is necessary for the ‘analyst-in-practice’ to lodge that plus, so that the coordinates that the transferential bond puts in act are clarified. This reading operation is a key aspect of the praxis and capable of founding the analyst-in-practice field.

“O analista-praticante, um campo que se traça à condição de não tornar (se) escoria do resto”
Neste artigo se põe de releve o seguinte: Lacan insta à presença do analista na cura ou, dito de outro modo, pede o praticante não evaporar-se na experiência, para que sua práxis devenha analítica. A via é não fazer (se) escoria do resto que se produz pela estrutura no discurso. Para traçar o território de seu ato, é preciso que o praticante aloje esse plus, esclarecendo as coordenadas que o laço transferencial coloca no ato. Tal operação de leitura é um ponto chave da práxis capaz de fundar o campo praticante-analista.

 “El resto es, en el destino humano, fecundo. La escoria es el resto extinguido. En este caso, el término escoria se emplea de modo completamente negativo. Apunta a esa verdadera regresión que puede producirse en el plano de la teoría del conocimiento psicológico, en la medida en que el analista se encuentra colocado en un campo del que sólo puede huir.

La escoria, en este caso, son los propios analistas –pese a que el descubrimiento del inconsciente es todavía joven, y constituye una oportunidad sin precedentes de subversión”
Lacan 1Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1995, página. 141.

El epígrafe anterior constituye, durante la elaboración de 1964, un llamado de Lacan a la presencia del analista en la cura o, dicho de otro modo, a la no evaporación del practicante en la experiencia para que su praxis devenga analítica.

Práctica, ¿analítica?

En ese contexto Lacan ubica en el recurso a una terapéutica ortopédica centrada en el yo, una forma de disipación del analista, agregando que tal recurso es oscurantista; ello implica la efectuación de una posición obcecada respecto de lo que el descubrimiento del inconsciente impone a la práctica, que impacta directo en la transferencia en tanto que en el modo de tratar a los pacientes rige dicho concepto y viceversa.

¿Estamos a salvo hoy de ese fuera de campo analítico? Al contrario, cada época propone su emboscada y ninguna naturaleza resguarda al practicante de ese resto opaco inherente a la experiencia que es preciso no extinguir para que el acto comparezca.

Una práctica puede estar más o menos asegurada, puesto que la praxis es el término más amplio para designar una acción concertada por el hombre que le da la posibilidad de tratar lo real mediante lo simbólico,2Ibídem, p. 14. siendo más o menos esclarecida; pero para que una práctica devenga analítica es necesario operar una aplicación.

Un film de Carlitos Chaplin, pero sin comicidad 3Alusión a la canción de Miguel Cantilo “Yo vivo en esta ciudad”, 1970.: el gag analítico

Se puede leer dicho fuera de campo del practicante a través de una imagen propuesta por Lacan en su Seminario “…o peor”. la dimensión del gag. 4Lacan, J.: El Seminario, libro 19, “…o peor”, Paidós, Buenos Aires, 2012, páginas 182-186.

Lo que allí llama la interpretación subjetivista puede constituir una de las vías regias para el fuera de posición del analista, que sostiene así una práctica imantada por la dimensión de los efectos sin anclaje en aquello que puede producir causa. Con su subjetividad como tapón es arrastrado por la prosa de las sesiones, sin anudar algo del resto que pudiere tornarse fecundo, al tiempo que se evapora su presencia.

Lacan insta así a formarse para distinguir lo tocante al Uno y para aproximarse a ese real -lalengua que habla en cada Uno- para evitar que la posición del analista se vuelva un gag4 lo cual puede ser uno de los destinos naturales del sentido desencadenado de la causa.

La dirección sería no hacer(se) escoria del resto que se produce por estructura en el discurso; para forjar el territorio de su acto es preciso alojar ese plus, esclareciendo las coordenadas que el lazo transferencial pone en acto.

Dicha operación de lectura es un aspecto clave de la praxis capaz de fundar el campo practicante-analista.

En la práctica, el efecto sin comicidad puede traducirse por angustia del practicante.

Ablata causa, tolluntur effectus

¿Con qué condición es practicable la vía de Freud?, interroga Miller5Miller, J-A., “Un esfuerzo de poesía”, Paidós, Buenos Aires, 2016, página 41 podemos adelantar una condición: introducir el campo de la causa.

La extensa meditación que Lacan dedica a este problema tiene, a propósito de la presencia del analista, un relieve cardinal: propone un análisis trascendental de la causa para dar precisión a nuestra implicación como analistas en el campo fallido de la repetición que determina la experiencia. 6Lacan, J., El Seminario, Libro 11, “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”, Paidós, Buenos Aires, 1995, página 134.

Especifica a la causa inconsciente como causa perdida en el sentido del funcionamiento cómplice de los efectos; tras haber enmendado según las necesidades de la práctica la fórmula clásica ablata causa, tollitur effectus, afina: “tolluntur effectus –lo cual significaría que los efectos sólo andan bien en ausencia de la causa. Todos los efectos están sometidos a la presión de un orden transfactual, causal, que pide formar parte de su ronda, pero si se cogen bien de la mano (…) obstaculizarán a la causa para que se inmiscuya en ella”. 7Ibídem. La fórmula clásica traducirse por: retirada la causa, suprimido el efecto.

Por ello Lacan plantea que es necesario defender la causa inconsciente; no una causa a reencontrar sino a producir a partir de la rueda de los efectos en los que un cuerpo está tomado.

La presencia del analista forma parte del concepto de inconsciente en la medida en que opera en sentido opuesto del rechazo de la causa, a falta de lo cual él mismo quedaría fuera de campo por no soportar en el lazo ese resto que habrá podido volverse fecundo.

Así Lacan nos introduce al problema de la causa en la transferencia, que incluye al practicante como escoria al sustraerse o como un sedimento que pulsa la subversión analítica.

Aplicación

Es preciso aproximarse y distinguir lo que toca al Uno en la experiencia, tanto en quien habla como en quien escucha, y sobre eso operar una aplicación, puesto que no es apenas cuestión de teorizar el escándalo -del descubrimiento freudiano-, sino también de practicarlo. 8Miller, J-A., “Un esfuerzo de poesía”, Paidós, Buenos Aires, 2016, página 50.

En ello la pregunta con qué condición es -para un practicante- practicable la vía de Freud, podría ser la interrogación a sostener en la clínica elucubrada sobre la praxis en cada instancia del trípode de la formación y en el trabajo de Escuela.

Sería elucubrar un saber que no fuese una elucubración teórica, un saber que no fuese indigno de un simple arreglárselas con lo real fuera-de-sentido.

Sin duda esto constituye una paradoja (…) Pero Lacan hace de esta paradoja una aplicación concerniente a lo inconsciente, una aplicación que podemos seguir a condición de distinguir el inconsciente en calidad de elucubración teórica de Freud y el inconsciente en el nivel de lo real. 9Miller, J-A., “El lugar y el lazo”, Paidós, Buenos Aires, 2013, página 413.

Para que el analista comparezca en la praxis, sin quedar reducido a un resto vil y de ninguna estimación, el tratamiento en formación de lo que hace causa inconsciente constituye una oportunidad sin precedentes de subversión para su acto.

  • 1
    Lacan, J., El Seminario, Libro 11, Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 1995, página. 141.
  • 2
    Ibídem, p. 14.
  • 3
    Alusión a la canción de Miguel Cantilo “Yo vivo en esta ciudad”, 1970.
  • 4
    Lacan, J.: El Seminario, libro 19, “…o peor”, Paidós, Buenos Aires, 2012, páginas 182-186.
  • 5
    Miller, J-A., “Un esfuerzo de poesía”, Paidós, Buenos Aires, 2016, página 41
  • 6
    Lacan, J., El Seminario, Libro 11, “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis”, Paidós, Buenos Aires, 1995, página 134.
  • 7
    Ibídem. La fórmula clásica traducirse por: retirada la causa, suprimido el efecto.
  • 8
    Miller, J-A., “Un esfuerzo de poesía”, Paidós, Buenos Aires, 2016, página 50.
  • 9
    Miller, J-A., “El lugar y el lazo”, Paidós, Buenos Aires, 2013, página 413.