…El analista aparecía caído del ideal, como un mocoso respecto del saber sobre el goce, imberbe de lo real. El analista quedaba reducido a in-ver-be, a una mirada. De esa mirada había sido soporte en la cura. …Mi análisis no terminó con la mirada, es decir, que hay miradas que, afortunadamente, todavía me importan.
En el punto de partida hay “ciegos que, viendo, no ven”. Un día, la evidencia de la ceguera, perfora esa espesura frondosa del sentido e ilumina el punto opaco. La pantalla se perfora… La mentira fundamental se ha atravesado, pero el viaje continúa. ¿Cómo se sigue y qué espera al Otro lado? En el horizonte ya no está el sentido, sino lo singular de una invención, la escritura de un trazo sobre la arena…
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