Ella habita el cuerpo y el lenguaje, sin “ser” ni lo uno ni lo otro. Es soporte de la cadena significante, y también de su evanescencia, porque ella no es sólo la materialidad que soporta las significaciones.
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Ella habita el cuerpo y el lenguaje, sin “ser” ni lo uno ni lo otro. Es soporte de la cadena significante, y también de su evanescencia, porque ella no es sólo la materialidad que soporta las significaciones.
Puta es el nombre, impronunciable por formar parte de las palabras prohibidas, de cómo una voz se presenta a una mujer toda vez que ella se aproxima a la vida sexual.
La voz del destino equivoca también con la voz de la conciencia, y así arribamos al aporte fundamental de Lacan en lo que hace al tema del superyó: su relación con la voz.