El retrato del niño que el pintor parece homenajear -el cuadro data de 1963- es leído como una manifestación política de denuncia, donde quemas y basurales constituyen el escenario del sector social que habita a espaldas de las grandes urbes. En este terreno emerge Juanito, como la metáfora sobrecogedora de esa atmósfera residual, que ha trascendido y sobrevive ostensiblemente en la época, pero elevado a la dignidad de un objeto artístico.
El retrato del niño que el pintor parece homenajear -el cuadro data de 1963- es leído como una manifestación política de denuncia, donde quemas y basurales constituyen el escenario del sector social que habita a espaldas de las grandes urbes. En este terreno emerge Juanito, como la metáfora sobrecogedora de esa atmósfera residual, que ha trascendido y sobrevive ostensiblemente en la época, pero elevado a la dignidad de un objeto artístico.
Partiendo de una “Conferencia de Lacan en Burdeos”, y tomando como referencia el Seminario 10, la autora plantea que lo que el psicoanálisis nos enseña acerca de la civilización actual no está desconectado de los modos de vivir la pulsión. Es el caso del Trash Art y de artistas como Vik Muniz.