La autora desarrolla sus preguntas concernientes a las consecuencias de la salida de la época del padre. Sobre qué características tienen los discursos sexuales actualmente y los efectos que producen en los seres hablantes. Haciendo notar cómo el psicoanálisis está a la altura de la época en el modo de leer los impasses de la civilización presentes.
La autora ubica de Freud a Lacan las respuestas que el psicoanálisis fue dando a cómo se inscribe la diferencia sexual, desde la amenaza de castración, el enigma por el deseo de la madre, al momento en que Lacan da un salto señalando que no hay relación sexual y que la diferencia es de puro semblante. Esta última lectura le permite interrogar las consecuencias en el modo en que se inscribe la diferencia en los niños, en un régimen en el que lo binario pierde lugar y reina la lógica del no todo.
Álvaro Stella realiza una lectura de la función fálica partiendo de un contrapunto con los fenómenos actuales que se desarrollan en el campo de la comunicación y que apuntan a una modalidad de saber que no quiere objeción. Señalando que la materia para testimoniar sobre lo real no es lo imaginario, sino el lenguaje. Pero al estar el sujeto ligado al significante no puede más que fallar en el intento de nombrar. El falo, como un significante, límite entre lo que se puede decir y lo que no, verifica una resonancia en el cuerpo, a la relación del parlêtre con el goce.
Eric Laurent nos plantea en este texto dos maneras de leer la “relación sexual que no hay”. Una que localiza la diferencia de los sexos por la relación al significante fálico. A diferencia de Freud, para Lacan el falo es un obstáculo y da un paso más en su enseñanza supliendo al falo por la articulación de RSI en el nudo borromeo. Desde esta lectura es el sinthome lo que da sustancia al hombre, más allá del falo y su universal. Y es a través de la identificación al síntoma que el parlêtre podrá definir un saber hacer con el partenaire sexual, que es un medio de goce. De esta manera, Laurent sostiene que la experiencia del sexo como tal es Unaria, sobre la oposición radical entre goce sexuado y goce del órgano.
María Cristina Giraldo explora la diferencia señalada por Lacan en El Seminario 23 entre la función de fonación de Φ y el S(A / ), y entre lo real afectado por una falacia y lo verdadero, en relación a las consecuencias que el final de análisis, el pase y el ultrapase tuvieron en su práctica y en la relación con la Escuela. Puntuando en su recorrido analítico cómo el objeto pulsional fue aislado en la construcción y travesía del fantasma, hacia el arribo de un uso pragmático del sinthome.
Este trabajo propone localizar puntuaciones respecto al concepto de falo a lo largo de la enseñanza de Lacan, sirviéndose del caso clínico de Juanito, de Freud. A partir de desplazamientos y recombinaciones con otros conceptos, se arriba a una lectura del falo como falacia que verifica un real, y a su vez como un real que verifica cualquier cosa, tal como lo plantea Lacan en El Sinthome.
La autora propone una manera de captar la obra del pintor Willlem de Kooning, a través de una clave de lectura del último Lacan: su planteo sobre el falo como falacia que verifica lo real, sobre el cuerpo y el goce femenino. Ubica también una lectura de Lacan sobre Lacan, en relación a la noción de falo. Así, desde el Seminario 23, focaliza una perspectiva del texto “La significación del falo”.
El lector encontrará los desarrollos que llevan a sostener a la autora, que hay una relación del sujeto con el falo que se establece independientemente de la diferencia anatómica de los sexos.