La autora ubica que, para Lacan, el falo posibilita la mascarada de los sexos sin idealizar la diferencia, mientras que el goce deslocalizado que promueve el capitalismo los deja del lado de las parodias al mismo tiempo que los empuja a gozar, haciendo pedazos los cuerpos. Sitúa aquí una diferencia entre el no-todo de la posición femenina y el goce estallado, sin límites, que sólo parodia al goce Otro que escapa al lenguaje y a la localización del significante. A partir de la diferencia entre La Mujer y “una mujer”, este trabajo plantea una hipótesis para el “nuevo impacto de las mujeres en la civilización”.
La autora parte de la pregunta ¿Qué son las mujeres en el siglo XXI? Recorre su texto con diferentes reflexiones en torno a este interrogante y aporta referencias en el campo de la cultura que la llevan a plantear la hipótesis de cada vez menos personas se preocupan por la diferencia sexual. Su idea es que avanzamos hacia un mundo en el cual el significante mujer es un significante como cualquier otro, una parte de lalengua y no del discurso común. Lo que significa que ya no es más un enigma para mucha gente, es un efecto de la declinación de la función de la castración, con las consecuencias que esto trae respecto al goce y a los modos de vivir la pulsión.