Adriana Testa plantea una lectura de Freud con Simmel. Mediante un movimiento que eleva la ausencia a nivel de la presencia, ambos autores ubican un vacío de significación en la equivalencia simbólica del dinero, del cual decantaría su aspecto polimorfo. Lacan retomará este aspecto para introducirlo en la transferencia y sacudir el efecto de estandarización en el que había caído la práctica en su época. El dinero -ese significante que aniquila toda significación- neutraliza lo que acontece en la situación analítica y al mismo tiempo la sostiene en el juego abierto de la demanda y el deseo que allí opera. Para él, la transferencia es guardar nada, un vacío que aparece como el objeto más preciado.
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